Las mujeres obesas y las que cuentan con un peso inferior a lo
recomendado en relación a su estatura tienen más posibilidades de
sufrir problemas en el embarazo y parto, según un nuevo estudio español
publicado en 'The Journal of Maternal-Fetal and Neonatal Medicine',
recogido por la plataforma SINC.
"Durante el embarazo, la obesidad se ha relacionado con trastornos de hipertensión, diabetes gestacional, parto prematuro, macrosomía del feto y muerte inexplicada de este durante el parto", ha explicado el autor principal, Sebastián Manzanares, quien ha reconocido que "existen aún pocos datos sobre la relación entre el bajo peso y las complicaciones perinatales".
De este modo, investigadores del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada han delimitado los riesgos del embarazo relacionados específicamente con la obesidad y los han comparado con los de mujeres con bajo peso para comprobar si la delgadez extrema también constituye un riesgo.
El estudio, que incluye una muestra de 3.016 embarazadas: 2.597 con peso normal, 251 con obesidad grave o mórbida, y 168 con delgadez extrema, revela que las madres obesas tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión y diabetes mellitus, y de colonización por estreptococo grupo B.
Además, en este caso, es más frecuente que haya que inducir el parto o practicar cesárea, tanto electiva como de urgencia, y que el bebé sufra macrosomía fetal, acidosis al nacimiento y mortalidad perinatal.
"Las madres con obesidad severa o mórbida presentan un riesgo mayor de resultados adversos y mortalidad perinatal, por lo que deberían recibir consejos sobre cómo reducir peso y reconocer los signos de alerta temprana de posibles complicaciones", ha recordado Manzanares.
Por otro lado, las mujeres con bajo peso son más propensas a padecer oligohidramnios --disminución en la cantidad de líquido amniótico-- y a dar a luz a bebés con un peso bajo.
Además, la investigación muestra que los recién nacidos de mujeres con obesidad mórbida o severa son más gordos. Además, el riesgo de macrosomía fetal es 2,3 veces mayor en este grupo en comparación con las mujeres de peso normal.
"Estos resultados justifican la necesidad de asesoramiento antes del embarazo y podrían ser un argumento convincente para la modificación del peso", ha insistido el autor.