lunes, 5 de marzo de 2012

EL FIN DE LA OBESIDAD. UN HACKER EN EL ESTÓMAGO

Una nueva técnica engaña al cerebro enviándole señales de saciedad
Un revolucionario dispositivo similar a un marcapasos detecta cualquier alimento que el paciente ingiere y envía impulsos eléctricos al cerebro «informando» de la sensación de saciedad mediante la neuroestimulación. Este sistema, llamado Abiliti, que se instala por vía laparoscópica y no altera la fisiología del estómago, es mucho más seguro que la técnica de la banda gástrica: no tiene tantas complicaciones en el posoperatorio y reduce la morbilidad y el número de reintervenciones en un par de años. No exige tampoco el seguimiento de dietas complejas y facilita la reeducación del paciente en relación a los hábitos alimentarios. Además, desde un ordenador, el médico puede controlar por Wi-Fi todos los datos acumulados en el dispositivo.

Recientemente, el doctor Manuel Mirás, jefe del servicio de cirugía digestiva de la clínica La Luz de Madrid, ha implantado por primera vez en España este dispositivo a 2 pacientes con obesidad mórbida. Estas personas esperan perder, como las previsiones indican, entre el 21 y el 35 por ciento del sobrepeso en un año. Silke, la primera paciente a la que se le aplicó la técnica en Alemania, perdió 36 kilos en los 10 meses siguientes a su operación. El dispositivo se instala mediante cirugía mínimamente invasiva en la pared exterior del estómago, a través de una cánula que alcanza el interior y que es capaz de detectar el momento en que el paciente ingiere alimento sólido o líquido. Entonces, el sistema se pone en funcionamiento y envía impulsos eléctricos de bajo nivel a la pared del estómago provocando su distensión y, en consecuencia, una sensación de saciedad antes de que este se llene. Pero aún hay más: el dispositivo es, a su vez, un espía que registra automáticamente en su memoria cuándo el paciente come, bebe o hace ejercicio. Vía Wi-Fi, el médico y el paciente pueden ver así los datos de consumo de alimentos y ejercicio, lo que les permite desarrollar estrategias eficaces para optimizar la pérdida de peso. El médico puede también calibrar de esta forma la intensidad de la neuroestimulación del estómago, ajustándola a la evolución del paciente, sin necesidad de una nueva intervención quirúrgica.
 
Según las investigaciones en Alemania e Inglaterra -los otros países que, con España, implantan esta nueva técnica en Europa-, este apoyo externo aumenta la eficacia del programa de adelgazamiento, ya que el contacto con una valiosa red social de apoyo estimula aún más a los pacientes. «Es una clara alternativa a la banda gástrica, la técnica de cirugía bariátrica más utilizada -explica el doctor Manuel Mirás-. Y es que es menos agresiva, no altera la fisiología del estómago -como sucede con la banda ajustable y el bypass gástrico- y se puede realizar en régimen ambulatorio. Además, presenta menos complicaciones posquirúrgicas. Es de esperar que con el tiempo este sistema pueda sustituir a la banda gástrica».

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